Cuestión de gustos




Me gusta
el reloj
el fin de semana,
las puestas de sol 
frente al mar;
ciertas fotografías,
los sueños imposibles
y las historias
escritas de noche.

Me gusta ese hombre lejano,
me gusta su música,
su acento, su humor
y como describe el amor.

Me gustan las sonrisas
de mis hijos
la voz de mi madre;
charlar con mis hermanos
y los recuerdos de mi padre.

Me gustan las películas de amor,
la música en francés
y algunas  canciones:
Háblame de amor Mariú, 
Una lágrima furtiva
y tantas otras
que me prestaron
una noche de otoño.

Me gusta
escribir de madrugada,
las estrellas a medianoche,
una mano en la mía
en la ventana
la luna redonda derramada.

Me gustan
mis silencios,
mi cama,
la lámpara muda, 
mis pantuflas peludas.

Me gusta
el té con canela
y después de la ducha
el aroma de la crema;
me gusta dormir de revés,
las calcetas en invierno
la sábana en verano,
la almohada de costado.

Me gusta
el campo, la montaña
el río, el mar
las flores, las aves
y mi perro poodle.

Me gusta mi jardín,
los colibríes que vienen
por las tardes,
los árboles
que pronto crecerán 
y ese rincón
que habla de mi.

Me gusta
el paraguas bajo la lluvia,
la nieve sobre las montañas
el sol sobre mis hombros
los caminos bajo mis pies.

Me gusta 
esta mujer que me habita
hace poco,
me gustan 
las sendas que transita
las canciones 
que canta,
los paisajes
que encuentra.

Me gustan sus arrugas
que tienen historia;
me gusta la fuerza
en su debilidad;
las risas estrepitosas
y su llanto callado.

Me gusta 
lo que emerge de su alma
porque nadie conoce,
porque está intacto.

















Comentarios

  1. Definitivamente me gusta, me gusta la palabra y la mujer que habita en el cuerpo de la dueña de la palabra, se complementan se amalgaman, me gusta que se conozcan, se reconozcan y se quieran.

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