SILENCIO

Silencio:  

Palabra profunda como la ausencia misma de sonidos.

Silencio necesario para aquietar el interior,

para el encuentro consigo mismo.

Silencio que se desliza de incógnito entre las miradas

y pasea por el borde de la ciudad.

Silencio cuando se espera la palabra precisa

y también cuando las palabras sobran.

Silencio cuando la lágrima cae

Y también cuando el beso se anuncia en las pupilas.

Silencio en mi corazón

Que aguarda la música precisa.

Silencio cuando la ausencia

se traduce a signos negros sobre fondo blanco

Y los ojos se cierran una noche más 

Aguardando un mañana diferente.

Silencio que acompaña la huida del pez

y la muerte del ave que cae 
después del estampido.

Silencio al dejar este mundo

Y antes del llanto que anuncia una nueva vida.

Silencio después de la batalla

Cuando no hay más que destruir.

Silencio al amanecer,

Cuando el canto de los pájaros cesa

Y la noche despierta de su largo sueño.

Silencio en el bosque, cuando la tierra habla

Su lenguaje de aves, animales y árboles;

viento y hojas dormidas.

Silencio cuando también se remece, 
y quedan suspendidas en el cielo

nubes polvorientas que caerán calladas

Sobre llanto y destrucción.

Silencio de océano 

tras su oleaje de temporal y tempestad.

Silencio en la montaña, 

cuando cae la nieve.

Silencio después del silencio

cuando el cóndor se aleja planeando en las alturas. 

Silencio en el desierto,

en el viento que arrastra piedras,

polvo y recuerdos.

Silencio en las puertas solitarias

que crujen su tristeza

y suspiran su abandono resignadas.

Silencio, simplemente silencio.

Cuando hay tanto qué decir.

Silencio, simplemente silencio.

...Si lo pudiéramos oír…