TE CUENTO...

Te cuento

que el viento ha soplado fuerte

en el camino;

pero también el sol ha alumbrado,

amarillo y redondo,

como siempre,

sobre mis hombros.

Te contaré que me largo a caminar

por las tardes

llevando conmigo este agujero

que me recuerda un vacío

de extraño sabor.

No hablo de ello.

Apenas divago bajo las estrellas

que me miran brillantes

y me recuerdan

lo que tengo entre las manos.

En la cocina,

el aroma a duraznos

me habla de horas arrancadas al reloj

y pegadas en la pared

como  retratos descoloridos,

de una infancia ya lejana.

La música me arrastra,

¿Sabes?

me arrastra por las noches,

me arrastra hasta ti.

Y me dejo arrastrar.

(Desconozco

si me ves llegar

en esas notas que caen como gotas

sobre tus ojos

cuando ya duermes).

Te contaré

que a ratos me siento como el agua:

quizás fui río

O quizás fui piedra

por esa dureza que afirma mis pies

y no sé su origen.

Te cuento que el viento

ha arrastrado techos

pero no se ha llevado mis sueños.

Te cuento que cuando el sol

alumbra mi rostro,

dibuja dos sombras

en la pared aquella,

donde cuelgo mis sonrisas.