AMÁNDOTE
Te asomas desde allá
desde la punta de mi geografía
donde sólo tus manos reconocen
el extremo vagabundo de mis huellas.
Y bordeas las bermas
creando risas silenciosas
y dibujas sonidos largos
y estelares.
Te reconozco
donde se afirma mi esqueleto.
Porque cada hueso toma forma
en tu suavidad de océano
y se desgranan como arena
a tu contacto errante.
Te asomas desde allá
donde termina mi geografía
de hueso y carne
de carne y hueso.
Hueso que luce donde no quiero
carne que más bien falta
allí donde no quisiera.
Mas yo al fin
tendida y silenciosa
en este diálogo estrecho
sin palabras y sin sonidos.
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