DESPUÉS DE TODO














Despierta los ojos.

Remueve del sueño profundo
los párpados.

Abrillanta pupilas
con un soplo
de una tierra que amanece
y  también muere.

Envuelve de luz
sombras que anochecen,
sin que lo sepas.

Llena de música libros envejecidos
que mueren en rincones,
lejos de la palabra.

Que tu voz
llueva pensamientos
y despierte los días
con un bostezo largo.
Tan largo como el tiempo mismo.

Canta tus dolores una noche de  lluvia,
gotea abrazos solemnes.

Y una noche cualquiera
habla, solo habla:

Llevas tanto callado,
llevas tanto en silencio sepulcral,
que quisiera oírte
aunque sea un instante
campaneando en mi oído
tu música a tres voces,
que arrastra cenizas
que levanta arena en el desierto
alimentando arrecifes
y  sepultando la razón.

Y después de todo, nada.

Después de todo
te volverás sobre tus pasos
y hablarás con tus silencios
de página en blanco.

Y después de todo
quizás me recuerdes.





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