CADA TANTO














Viene cada tanto,

a encontrarse con mis silencios,

mis lloviznas

y mis sueños intermitentes.


Y carga un paisaje

de caminos borrados

por el viento 

y la escarcha.


Viene cada tanto 

y sus pupilas laten,

su palabra tiembla,

su corazón gira.


Viene cada tanto

a encontrarse

con mi invierno

con  mis brotes,

con mis pájaros

y mis cenizas. 


Viene cada tanto, 

y me digo:

"¡Qué pena por él"


Viene cada tanto,

y tal vez él diga:

"¡Qué pena por ella!"


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